martes, 30 de octubre de 2012

Unai Aranzadi: "Decir la verdad no ha tenido nunca mucho éxito"

Es imposible salir impasible de una conferencia de Unai Aranzadi. Cuando termina de hablar, parece que los problemas personales se tornan nimios en comparación con todo lo que han visto sus ojos, todas las injusticias, por todo el globo, desde la temprana edad de 20 años. 

A pesar de que ya es mucho tiempo viendo el verdadero engranaje del mundo y de que narra sus viajes como si fueran algo cotidiano (acaba de llegar de un viaje de cinco semanas a República del Congo), Unai Aranzadi no ha perdido la sensibilidad, ni mucho menos. Sigue hablando consecuentemente: hay demasiadas cosas que arreglar desde la perspectiva de los Derechos Humanos, y el no trabajar desde esta visión, dice, "es comerciar con la miseria". Sin embargo, él se aleja de esto, pues su motivación de trabajo es "precipitar el cambio". 

Inicios tumultuosos
Solamente con lo anterior ya se atisba que la carrera del periodista vasco está fuera de lo común. Sin embargo, lo que no sabíamos era que se trataba de un profesional freelance que se había formado a sí mismo, ya que no acabó la licenciatura de periodismo. Esto dejó inquietos a algunos de los asistentes, que eran en su totalidad alumnos del último año, precisamente, de dicha licenciatura. Pienso que la mayoría, como yo, no se han planteado otras maneras de acceder a esta profesión.

Aranzadi, desde el principio tuvo claro que quería dedicarse al periodismo de guerra, por eso, tomó la resolución, tras conseguir aumentar sus ahorros realizando vídeos de vela, de partir con solo 20 años hasta Oriente Medio para grabar sus primeros reportajes sobre el conflicto en la franja de Gaza. 

Pero a pesar de ese esfuerzo previo, el viaje no fue fácil en absoluto, ni tuvo el resultado que esperaba: "No vendí nada", confiesa. Pero le sirvió para aprender y reafirmarse en su especialización en conflictos armados. 


Unai Aranzadi en la franja de Gaza

Las conciencias cruzadas de una guerra
El miedo no estuvo en su discurso, eso me chocó, ni siquiera el término nerviosismo tuvo cabida, el único instante en que su aura se ensombreció notablemente fue al hablar de la cercanía de la muerte. Le impresionó la primera vez, relata, en la que un compañero con el que había estado desayunando había sido, literalmente, carbonizado. "Ninguna historia merece la muerte", repitió en varias ocasiones. A veces, se cree que la juventud es sinónimo de inmortalidad. 

Parece una obviedad, pero acudir a un país en guerra es algo muy diferente a un viaje convencional: no es posible no tomar parte o estar en ambos lados a la vez, no es posible mantener una postura neutra. "Ir a cubrir una guerra y decir que no haces política es una contradicción", aclara. Simplemente, como él cuenta, querer acceder a país, tras haber pasado por el contrario en el conflicto que mantienen, es casi tarea imposible. 

En este punto recuerda las numerosas veces que ha viajado a cubrir el conflicto del Sáhara, donde al conocer su condición de periodista, le ofrecieron sellarle el pasaporte en un documento aparte, porque sí no, no le dejarían entrar después en Marruecos para continuar su trabajo. De ahí que los contactos sean "fundamentales".

En busca de su ventana
Pero no todo han sido conflictos en la vida laboral de Aranzadi: trabajó una temporada en el área de cine de Canal+ realizando reportajes de distintos festivales de cine europeos como el de Cannes o el de Berlín, empleo que le dio estabilidad aunque no le llenaba en absoluto, "no se contaban historias". 

Y es que Unai Aranzadi desde el inicio ha buscado la ventana idónea en la que encajar sus historias. El formato, lo tiene claro: el documental. "Las realidades crudas necesitan desarrollo". Pero siempre resulta difícil venderlos a los medios, grandes o pequeños, "da igual la mosca que tengan". Lo que no está dispuesto a hacer es a aceptar los espacios a cualquier precio. 

"Contar la verdad nunca ha tenido mucho éxito", afirma. Son innumerables los ejemplos que encontramos a lo largo de la historia. Además, en este mundo en el que los intereses están tan entrelazados "hay temas sobre los que no interesa hablar en los medios de comunicación" porque de la miseria obtienen rentabilidad. Un ejemplo de ello, nos adelanta, está en su nuevo documental "Colombia Invisible" que se proyectará el día 9 de noviembre de 2013 en la Sala de Cultura Koldo Mitxelena de Donosti. 


Adelanto del documental "Colombia Invisible" de Unai Aranzadi

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