Solo se puede comenzar diciendo que la mayoría de nosotros, los alumnos de 4º de Periodismo de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), íbamos con una idea equivocada de lo que era la Filmoteca Vasca. Muchos creíamos que era un mero depósito de documentos cinematográficos y oficiales sobre el País Vasco, pero es mucho más que eso: es el lugar donde se atesoran numerosos recuerdos personales, documentos testigos de nuestra historia, de nuestra identidad.
Pero no solo eso, se trata además de un "hospital de películas" donde se reparan esas piezas de antaño dañadas por el tiempo para que tengan un nuevo comienzo con la tecnología actual y no se pierda la historia que tienen que contarnos.
Diferencia entre la parte restaurada y la no restaurada de un fotograma de la primera película sobre San Sebastián (1955)
Comenzamos la visita con la proyección de tres documentos muy valiosos que, creo yo, ninguno habíamos tenido la oportunidad de ver con anterioridad: la inauguración del campo de San Mamés en su partido contra el Irún en 1913; la primera película sobre San Sebastián datada de 1955, cuyo locutor, curiosamente, es Matías Prats; y el cortometraje denominado "Bucle", que participó en el Festival de Donosti.
Parte de la película sobre la vida cotidiana de San Sebastián en la época estival (1955) con Matías Prats como narrador.
Más que un mero archivo
Después del visionado, pasamos a una sala, dónde había cientos de rollos almacenados. Allí, tuvimos la suerte de tener como guía a Peio Aldazabal, que nos contó cosas que iban desde las características de la institución, pasando por pequeños trazos de la historia del cine, hasta las diferentes propiedades de los distintos tipos de películas.
Y es que la Filmoteca Vasca cuenta con 7,5 millones de metros de película, o lo que es lo mismo, 2500 títulos de largometraje en 35mm. Pero también aceptan filmes de 8, super 8 o 9,5mm, es decir, las denominadas películas familiares. Aunque según explica Aldazabal, "de familiares no tienen nada". Muchas son verdaderas joyas, no hay que olvidar que se trata de piezas únicas, que forman parte de nuestra "memoria histórica".
Sin embargo, no es el único archivo. Un segundo está en Eibar, donde guardan aquellas cintas que no son "de interés preferente" a 14ºC y 50% de humedad. El tercero está en Irún, en el sótano del Palacio de Urdanibia , datado del siglo XVI, donde se almacenan copias especiales y negativos a una temperatura de 6ºC y 40% de humedad, lo que permite una conservación más prolongada.
Como última curiosidad, en algunas filmotecas de Estados Unidos, se guardan los archivos a temperaturas bajo cero y con los colores primarios desglosados, lo que permite que se mantengan en óptimas condiciones. Un ejemplo sonado de esto último, fue la recuperación de la película del año 1939 "Lo que el viento se llevó", protagonizada por el célebre Clark Gable.
Algunos rollos de película del archivo